En el año 2002 -hace 17 años-, junto con mi mamá y mis hermanos, comenzamos esta aventura de crear una institución que ofreciera soluciones educativas: comenzamos ofreciendo tutorías a jóvenes que requieran nivelación académica.
Muy rápidamente, unos pocos años después nos dimos cuenta de que las necesidades de nuestros estudiantes iban mucho más allá de un refuerzo académico. Encontramos que el sistema educativo tradicional no atendía a una gran población de jóvenes que, por diferentes situaciones, requerían de una apuesta innovadora y flexible para llevar a cabo su proceso educativo. Así nació un programa que se ajusta a las realidades de nuestros estudiantes; que los acoge y los incluye en un entorno afectivo y personalizado.
Es así como hoy estamos graduando a nuestra trigésima promoción. Sí, así como lo oyen: con ustedes, queridos graduandos, ya son 30 generaciones de Teytianos que salen a perseguir sus sueños, seguros de sí mismos, con un camino recorrido que para muchos no fue fácil; hoy culmina parte de su historia. Si su vida fuera una serie, éste sería el último episodio de una temporada en donde pasó de todo, con altos y bajos, con momentos felices y otros no tanto, con eventos especiales, pero también con las cotidianidades de una etapa escolar importante. Ahora comienza una nueva temporada, una en donde ustedes como protagonistas son responsables de su vida; son quienes harán realidad proyectos e ilusiones. De ustedes depende vivir con pasión la vida universitaria. Aprovechen el privilegio que tienen, y que pocos colombianos logran, de alcanzar un título universitario. Ustedes han podido elegir qué quieren estudiar y en dónde hacerlo.
Durante esta temporada que hoy termina, aprendieron que se vale dar y pedir segundas oportunidades, y a veces hasta terceras y cuartas. Aprendieron también que todos somos distintos, que cada persona tiene su valor y que la diferencia nos enriquece y nos complementa. Aprendieron que no somos perfectos, pero que siempre podemos aspirar a ser mejores y que vale la pena intentarlo. Aprendieron que nos debemos comparar con nosotros mismos y no con el de al lado.
Estoy segura de que estos aprendizajes les darán bases para seguir creciendo. Cada uno irá construyendo su propia historia.
Recuerden que ser exitoso no es tener el trabajo mejor pago; no es recibir todo de sus padres ni tener poder sobre otros. El éxito es personal; es distinto para cada uno. Para mí, se resume en dos cosas: primero, en ser feliz con lo que cada uno es y con lo que se va construyendo; y segundo, en ser una buena persona. En esta sociedad, en este mundo en el que vivimos, hoy más que nunca necesitamos de buenas personas; de seres humanos comprometidos con los demás, con vocación de servicio, que compartan y dejen de pensar solo en el beneficio propio; personas que no busquen atajos, correctas en su actuar, que puedan dormir tranquilas todas las noches y mirar de frente a todos, porque no tienen nada que ocultar.
Graduandos, Colombia los necesita. Es importante que conozcan las realidades sociales, políticas, económicas y culturales de su país. Invito a que cada uno, desde lo que vayan a emprender, a buscar las oportunidades de acercarse a estas realidades; procuren aportar desde sus campos a la construcción de un país equitativo y en paz. Ustedes tienen el poder de hacerlo; cuentan con una buena educación, pero ésta no es suficiente: deben además querer hacerlo; querer aportar. Insisto en que sí vale la pena.
A ustedes padres de familia, abuelos, acudientes, hermanos y demás familiares, gracias por confiar en nosotros la educación de sus hijos. Hoy les entregamos unos jóvenes ganadores. Esto no sería posible sin el apoyo que ustedes les dieron durante todo este proceso. Chicos, de pie, aplaudan a sus padres y familiares en agradecimiento por todo lo que han hecho por ustedes con amor incondicional.
Para terminar, les recuerdo que en T&T encuentran su casa; cuando nos necesiten aquí estaremos.
Felicitaciones a los graduandos y felices vacaciones.
En el año 2002 -hace 17 años-, junto con mi mamá y mis hermanos, comenzamos esta aventura de crear una institución que ofreciera soluciones educativas: comenzamos ofreciendo tutorías a jóvenes que requieran nivelación académica.
Muy rápidamente, unos pocos años después nos dimos cuenta de que las necesidades de nuestros estudiantes iban mucho más allá de un refuerzo académico. Encontramos que el sistema educativo tradicional no atendía a una gran población de jóvenes que, por diferentes situaciones, requerían de una apuesta innovadora y flexible para llevar a cabo su proceso educativo. Así nació un programa que se ajusta a las realidades de nuestros estudiantes; que los acoge y los incluye en un entorno afectivo y personalizado.
Es así como hoy estamos graduando a nuestra trigésima promoción. Sí, así como lo oyen: con ustedes, queridos graduandos, ya son 30 generaciones de Teytianos que salen a perseguir sus sueños, seguros de sí mismos, con un camino recorrido que para muchos no fue fácil; hoy culmina parte de su historia. Si su vida fuera una serie, éste sería el último episodio de una temporada en donde pasó de todo, con altos y bajos, con momentos felices y otros no tanto, con eventos especiales, pero también con las cotidianidades de una etapa escolar importante. Ahora comienza una nueva temporada, una en donde ustedes como protagonistas son responsables de su vida; son quienes harán realidad proyectos e ilusiones. De ustedes depende vivir con pasión la vida universitaria. Aprovechen el privilegio que tienen, y que pocos colombianos logran, de alcanzar un título universitario. Ustedes han podido elegir qué quieren estudiar y en dónde hacerlo.
Durante esta temporada que hoy termina, aprendieron que se vale dar y pedir segundas oportunidades, y a veces hasta terceras y cuartas. Aprendieron también que todos somos distintos, que cada persona tiene su valor y que la diferencia nos enriquece y nos complementa. Aprendieron que no somos perfectos, pero que siempre podemos aspirar a ser mejores y que vale la pena intentarlo. Aprendieron que nos debemos comparar con nosotros mismos y no con el de al lado.
Estoy segura de que estos aprendizajes les darán bases para seguir creciendo. Cada uno irá construyendo su propia historia.
Recuerden que ser exitoso no es tener el trabajo mejor pago; no es recibir todo de sus padres ni tener poder sobre otros. El éxito es personal; es distinto para cada uno. Para mí, se resume en dos cosas: primero, en ser feliz con lo que cada uno es y con lo que se va construyendo; y segundo, en ser una buena persona. En esta sociedad, en este mundo en el que vivimos, hoy más que nunca necesitamos de buenas personas; de seres humanos comprometidos con los demás, con vocación de servicio, que compartan y dejen de pensar solo en el beneficio propio; personas que no busquen atajos, correctas en su actuar, que puedan dormir tranquilas todas las noches y mirar de frente a todos, porque no tienen nada que ocultar.
Graduandos, Colombia los necesita. Es importante que conozcan las realidades sociales, políticas, económicas y culturales de su país. Invito a que cada uno, desde lo que vayan a emprender, a buscar las oportunidades de acercarse a estas realidades; procuren aportar desde sus campos a la construcción de un país equitativo y en paz. Ustedes tienen el poder de hacerlo; cuentan con una buena educación, pero ésta no es suficiente: deben además querer hacerlo; querer aportar. Insisto en que sí vale la pena.
A ustedes padres de familia, abuelos, acudientes, hermanos y demás familiares, gracias por confiar en nosotros la educación de sus hijos. Hoy les entregamos unos jóvenes ganadores. Esto no sería posible sin el apoyo que ustedes les dieron durante todo este proceso. Chicos, de pie, aplaudan a sus padres y familiares en agradecimiento por todo lo que han hecho por ustedes con amor incondicional.
Para terminar, les recuerdo que en T&T encuentran su casa; cuando nos necesiten aquí estaremos.
Felicitaciones a los graduandos y felices vacaciones.